El grillo doméstico (Acheta domestica) suele vivir en el exterior, por ejemplo en zonas de basuras, pero frecuentemente se puede introducir en casas durante el otoño quedándose indefinidamente en ellas. En las casas se suelen esconder en grietas o agujeros oscuros y calientes. Suelen mantenerse cerca de las chimeneas, en cocinas y en sótanos.
El grillo de campo (Acheta assimilis) también vive en el exterior pero frecuentemente también invade casas, alimentándose de basura y de una gran cantidad de materiales textiles. Prefieren las zonas de pastos a las viviendas, pero se introducen en ellas cuando las condiciones del exterior son desfavorables (frío, calor o lluvias frecuentes). Les suelen atraer las áreas iluminadas durante la noche. Ocasionalmente, pueden afectar los cultivos de maíz, trigo, judías, alfalfa o de otros vegetales por alimentarse de ellos.