En las cocinas y almacenes también proliferan al alimentarse de harinas y todos aquellos alimentos que contienen almidón. De manera indirecta contaminan los alimentos al depositar sus excrementos y deyecciones y dejar restos de su cuerpo como mudas y escamas.
Aunque los pececillos de plata no muerden ni pican a las personas, sus restos orgánicos pueden ser causa de alergia de la misma manera que sucede con los ácaros del polvo. Los restos de su cuerpo como mudas, escamas, excrementos contienen proteínas que en el ambiente interior son importantes alérgenos para personas sensibles.
Información proporcionada por Carlos Pradera