El principal problema del ataque de termitas en viviendas es que suele pasar desapercibido durante mucho tiempo hasta que el daño estructural es grave. Por ejemplo, en el caso de vigas de madera situadas en los cimientos o subterráneos de las viviendas, el ataque, sobre todo por parte de termitas subterráneas, puede pasar desapercibido durante mucho tiempo debido a que son zonas poco accesibles o en las que los propietarios no suelen pasar demasiado tiempo.
Para cuando se detecta el problema de termitas, el daño estructural puede llegar a ser tan grave que deban substituirse tanto las vigas como otros elementos estructurales. Esto conlleva un gran esfuerzo de demolición, y en la mayoría de los casos, un gran esfuerzo económico. En el caso de detectarse a tiempo, un ataque de termitas en elementos estructurales puede subsanarse con un buen tratamiento de eliminación y control de la plaga sin necesidad de realizar cambios en las estructuras dañadas, lo que sin duda reduce su coste económico.