Las ratas y los ratones se pueden introducir en casa colándose por pequeños orificios, como por ejemplo a través de grietas o agujeros, por los espacios que hay bajo las puertas, a través de cañerías o por los espacios entre el cableado eléctrico. También pueden entrar realizando la entrada ellos mismos, por ejemplo excavando un túnel del exterior de la casa al interior, o realizando un agujero de acceso en materiales fácilmente roíbles como el plástico, el yeso o la madera.